Se puede hacer hoy una arquitectura respetuosa del medioambiente, solo requiere un cambio de actitud y terminar con el mito de que la construcción sustentable es muy cara.
La arquitectura se encuentra frente a un cambio de paradigma. Convencerse sobre la importancia en el mejoramiento de la calidad de vida de la gente y reflexionar el tema desde una visión amplia que incorpore los aspectos medioambientales. Así, esta disciplina de «arquitectura Bioambiental» debería verse como una oportunidad y no como una restricción al diseño.
Esto no se trata de una brecha entre «arquitectura convencional» y «arquitectura ambientalmente amigable» sino que la arquitectura, la de siempre, debe madurar e incorporar todas estas cuestiones al diseño.
Lo cierto es que cada vez son más los que exigen en este tipo de productos y servicios y ya existen organismos que se encargan de certificar si un edificio es sustentable o no. Pero lo importante es el significado detrás del término «Sustentable» que viene del latín sustentare y quiere decir algo así como proveer el alimento necesario, se aplica a la arquitectura para definir a los edificios que puedan perdurar en el tiempo con la máxima optimización de los recursos y materiales.
Esto sucede porque la sustentabilidad abarca desde la gestión de la obra hasta los hábitos de consumo de los usuarios una vez concluida. Es importante aclarar que una construcción es mucho más sustentable si durante el proceso se trabajó con materiales y mano de obra locales evitando riesgos, recorridos y procesos innecesarios. Otro ejemplo sería el de una obra con pocos desperdicios. Pero como vemos esto implica un nivel de logística, educación del personal y conocimiento que, sumado a la ausencia de políticas oficiales de desarrollo sustentable, hacen mucho más complejo este asunto.
En los últimos años la mayoría de las iniciativas inmobiliarias traen incorporado el concepto de sustentabilidad, pero como dijimos traen solo un concepto, una idea, un slogan. En la Argentina la gran mayoría de los edificios son «gulas» y están «enfermos» (consumen más de lo que necesitan y su calidad de aire interior es pobre). A medida que el costo de mantenimiento de los edificios convencionales aumente, es decir, cuando nos empiece a doler el bolsillo debido al incremento de las tarifas de servicios públicos, este tipo de arquitectura dejará de ser una elección para pasar a ser una necesidad.
Otro mito en torno a este tipo de construcciones es la idea de que la arquitectura sustentable es más costosa o sofisticada que la convencional. El costo de una construcción sustentable puede rondar entre un 2 y un 3% por encima de la construcción tradicional. Este promedio es variable, ya que gracias a un eficiente diseño arquitectónico se pueden alcanzar niveles competitivos, incluso algunos casos han demostrado mantenerse por debajo del costo de la construcción tradicional. En los casos donde se incorporan nuevas tecnologías el precio generalmente se incrementa por los costos de las mismas.
En fin, todo este asunto de la arquitectura sustentable da para rato. Lo importante es que más allá de las especulaciones los profesionales de la construcción y diseñadores tomen conciencia del impacto de las decisiones en el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Si bien en el contexto latinoamericano y sobre todo en la Argentina esto está muy verde, el cambio es inevitable. En otros sitios ya no se concibe la manera tradicional de producir o consumir si no es sustentable.
Fuente: foroalfa.org/es/articulo/245/Cuando_lo_verde_esta_muy_verde
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